Definición R.A.E: Dícese de aquel personaje, que frecuenta las terrazas y discos de moda de la ciudad, paseando su palmito y alardeando de su masculinidad, cual gallo Claudio, cuyo objetivo vital es llevar una cuenta de las incautas doncellas que caen en sus redes, así como del alardeo constante de este hecho.
Definición coloquial:Gigoló de tres al cuarto, que necesita que las nenas se acerquen a él, para demostrar su hombria, es decir, “Pepito piscinas”.
Análisis Antropológico: Hombre, cuyo “look” podríamos definir como cuidado, a la moda, con una imagen muy conseguida, imitando alguna tendencia o modelo mediático de turno, suele ir acompañado de un amigo/colega, más feo y bajito que él, el cual lo idolatra por el hecho de coleccionar mujeres y lo toma como ejemplo a imitar.
Suele colocarse en algún lugar estratégico del local donde lo pueda ver todo el mundo, ya que necesita ser admirado para engrandecer su ego. Suele bailar de modo que quede en evidencia su voluminoso cuerpo machacado en esos gimnasios de dios, donde ellos se crian, sociabilizan y desarrollan sus habilidades.
Su “modus operandi”, es colocarse cerca de la victima y dejarse ver, cuando ella lo mira, el le suele lanzar algún gesto como un beso, mirada lasciba, giño de ojos y si la victima responde con algún atismo de agrado, ataca sin piedad, a esa victima que suele ser unos cuantos años más joven que él e incauta. Primero comienza el ritual insinuándose con uno de sus bailes especiales, reservado para este momento, donde se contonea alrededor de ella, moviendo pelvis y culo, para dejar claro donde debe ir la mirada de su victima. Una vez entablado el flirteo, porque la victima le ha seguido el baile, comienza a hablar de lo guapo que es, lo atractivo que está y esas cosas tan importantes como que bonita es tu camiseta, que bien te queda, si frecuentas mucho este local o has venido sola o acompañada.
Aquí es donde entra en acción el amigo feo y bajito, si la victima ha venido acompañada este servirá para entretener a la compañía de la victima y dejar a su aire a nuestro gallo y a su incauta damisela. Papel que el amigo desempeña a la perfección, porque está muy acostumbrado a hacerlo cada noche y él lo repite encantado cual ritual, cada vez que su ídolo liga con alguna. Ya que de este modo se siente integrado en el ritual de caza y captura de su colega y a su vez sirve para apuntarse un tanto en esa cuenta particular que llevan.