Tras el duro día de ayer dejamos a nuestras princesas cansadas y algo doloridas después de la dura jornada parisina. Pero ellas sabían que el tiempo es oro y tenían que aprovecharlo, así que decidieron dividirse ya que las baronesas de canals querían ir a visitar a otros príncipes y princesas en una región cercana de París, concretamente a Eurodisney, donde se congrega la más alta nobleza de todos los tiempos, Cenicienta, Blancanieves, Minnie, Micky...todos los reyes y reinas con más estatus. Sólo los elegidos son llamados en su presencia.
Así que la marquesa de Bétera, la duquesa de La Pobla y la condesa de Godella, decidieron emprender una marcha en solitario por París, haciendo su primera parada en Notre Dame, majestuosa catedral donde la haya. Decidieron hacer la cola pertinente para acceder a su interior y contemplar las famosas vidrieras y tomar algunas fotos. Esta catedral posee unos jardines en su parte trasera donde nuestras princesas decidieron descansar para contemplar la catedral y reponer fuerzas.
París era un enjambre continuo de nobles y princesas de muchos reinos, por lo que para cada cosa que las princesas querían ver, debían de hacer una cola de varias horas, lo cual ralentizaba el planning previsto. Pero decidieron tomárselo con calma y disfrutar de cada sitio y cada momento.
Tras la visita a Notre Dame ellas tenían la idea de ir a la Santa chapel pero la cola daba la vuelta a la Chancillería y eso les llevaría el resto de mañana. Por lo que decidieron ir a ver los Inválidos que no es más que otro "cacho" palacio, que construyeron para los inválidos de las guerras napoleónicas. Este palacio tiene enfrente unos pedazo jardines de acuerdo a su tamaño, así que nuestras princesas decidieron aposentar sus reales culos en el césped y emprender el acto de la comida, bocadillo en mano, disfrutando del sol parisino y el marco inigualable que ofrecía el lugar.
Tras un breve receso, decidieron con gran impaciencia ir al museo d'Orsay, puesto que las princesas beterana y poblana tenían especial interés en visitarlo. Este museo es de pintura y escultura de principios del siglo XIX, en él se encuentran todos los impresionistas, Monet, Manet, Gaugen, Degas, Lautrec, Van gogh,...y Sorolla. En este museo se encuentra uno de los cuadros más famosos de Sorolla, el de los bueyes saliendo del agua, las princesas se quedaron muy sorprendidas, tanto fue así que a la salida no hicieron otra cosa más que comentar lo impresionante que era el museo y lo fascinadas que salían de verlo, les pareció corta la estancia ya que a las seis de la tarde cerraron y tuvieron que echar a nuestras damiselas, puesto que nadie las podía despegar la vista de las obras que allí se exponían. Este museo bien merece una nueva vista a París.
Para rebajar la excitación del momento, las princesas decidieron ir a su sitio preferido a tomar unas cervezas, al barrio latino, cual pertenecientes a la nobleza francesa cenaron a las siete de la tarde y a las diez de la noche el cansancio hizo mella en ellas y decidieron acostarse. Sus reales cuerpos no aguantaban tanto baldío y sus pies empezaban a resentirse.
Segundo día en París y el enamoremiento continuaba, cuando dicen que es la ciudad del amor por algo será...
Así que la marquesa de Bétera, la duquesa de La Pobla y la condesa de Godella, decidieron emprender una marcha en solitario por París, haciendo su primera parada en Notre Dame, majestuosa catedral donde la haya. Decidieron hacer la cola pertinente para acceder a su interior y contemplar las famosas vidrieras y tomar algunas fotos. Esta catedral posee unos jardines en su parte trasera donde nuestras princesas decidieron descansar para contemplar la catedral y reponer fuerzas.
París era un enjambre continuo de nobles y princesas de muchos reinos, por lo que para cada cosa que las princesas querían ver, debían de hacer una cola de varias horas, lo cual ralentizaba el planning previsto. Pero decidieron tomárselo con calma y disfrutar de cada sitio y cada momento.
Tras la visita a Notre Dame ellas tenían la idea de ir a la Santa chapel pero la cola daba la vuelta a la Chancillería y eso les llevaría el resto de mañana. Por lo que decidieron ir a ver los Inválidos que no es más que otro "cacho" palacio, que construyeron para los inválidos de las guerras napoleónicas. Este palacio tiene enfrente unos pedazo jardines de acuerdo a su tamaño, así que nuestras princesas decidieron aposentar sus reales culos en el césped y emprender el acto de la comida, bocadillo en mano, disfrutando del sol parisino y el marco inigualable que ofrecía el lugar.
Tras un breve receso, decidieron con gran impaciencia ir al museo d'Orsay, puesto que las princesas beterana y poblana tenían especial interés en visitarlo. Este museo es de pintura y escultura de principios del siglo XIX, en él se encuentran todos los impresionistas, Monet, Manet, Gaugen, Degas, Lautrec, Van gogh,...y Sorolla. En este museo se encuentra uno de los cuadros más famosos de Sorolla, el de los bueyes saliendo del agua, las princesas se quedaron muy sorprendidas, tanto fue así que a la salida no hicieron otra cosa más que comentar lo impresionante que era el museo y lo fascinadas que salían de verlo, les pareció corta la estancia ya que a las seis de la tarde cerraron y tuvieron que echar a nuestras damiselas, puesto que nadie las podía despegar la vista de las obras que allí se exponían. Este museo bien merece una nueva vista a París.
Para rebajar la excitación del momento, las princesas decidieron ir a su sitio preferido a tomar unas cervezas, al barrio latino, cual pertenecientes a la nobleza francesa cenaron a las siete de la tarde y a las diez de la noche el cansancio hizo mella en ellas y decidieron acostarse. Sus reales cuerpos no aguantaban tanto baldío y sus pies empezaban a resentirse.
Segundo día en París y el enamoremiento continuaba, cuando dicen que es la ciudad del amor por algo será...
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