martes, 21 de octubre de 2008

Compartir

Compartir es un verbo muy bonito porque implica el placer de dar o mejor dicho prestar algo por un momento y recuperarlo después. Esa es la idea original.


Según la RAE. es repartir, dividir, participar en algo.




Pues bueno como siempre una cosa es la idea y otra la realidad. Desde mi punto de vista compartir es dar por perdido lo que prestas y pon buena cara, encima.


Cuanta veces habéis dejado un libro, DVD o similar a sabiendas que su recuperación va a ser ardua por no decir imposible. Porque compartir es bonito si dejas las cosas y las recuperas bajo similares características a la que lo hiciste. Pero la cruda realidad se cierne sobre ti y te hace ver que eso sólo existe en el país de Mary Poppins, porque en tu país lo que prestas dalo por perdido.

Pero la realidad no nos puede cambiar, si somos personas con tendencia a dar, seguiremos compartiendo nuestras cosas, porque es mayor el placer de dar que de recibir, o eso dicen porque a veces lo pongo en duda. A quién no le gusta que se acuerden de él y le traigan un regalo o le presten ese libro que le encantaría leer o le tiendan una mano con aquello que te apetecía en un momento dado.

Para que se produzca este placentero momento, hay que empezar a compartir uno primero, para que después puedas recoger los frutos de que compartan contigo.


Yo he empezado a hacerlo, he empezado a compartir mis zapatos, para que después pueda tener la gran oportunidad de que me presten a mi, tan magnifico complemento como son los zapatos. Por que os juro que no hay otra cosa en el mundo que nos vuelva más locas que un par de zapatos. Porque por motivos que ya comenté una puede ir vestida con unos harapos pero si lleva unos grandiosos zapatos parecería una princesa.


Sino que se lo digan a cenicienta, que por culpa de unos zapatos paso de ser criada a princesa.



P.D.: próximamente escribiré sobre los mitos en los cuentos.

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