viernes, 27 de febrero de 2009

Anecdotas parejiles

La vida en pareja da mucho de sí, a unos más que a otros, pero siempre hay anécdotas, situaciones, etc., que te hacen pensar que lo de estar en pareja no siempre es idílico.

 

Hay dos momentos traumáticos para ellos y ellas que paso a ilustrar seguidamente.He elegido un momento traumático para ellos y otro para ellas, así no podéis decir que peco de feminista.

 

En la vida en pareja hay un momento traumático para él, que se repite con cierta asiduidad y que es tan temido por ellos, que elegir entre pasar este momento y el a "haraquiri", elegirían el "haraquiri" sin dudarlo.

Ese momento es el tan temido día que las chicas tenemos una vez al mes, en el cual según vosotros nos ponemos insoportables, nos planteamos las cuestiones más filosóficas del mundo, como "¿a que huelen las nubes?" y discutimos con todo aquel que nos lleve la contraria.

Bueno, pues deciros que a ver quien es el chulito que aguanta una sobredosis de estrógenos una vez al mes, estrógenos que pululan por todo tu cuerpo intentando salir por algún lado, y tu luchando contra los elementos cual Juana de arco, y encima hay que ser simpática, cariñosa y alegre cuando lo que de verdad quieres es ponerte a llorar, rendirte y dejarte llevar por la jauría de hormonas. Y muchas veces es eso lo que pasa, te dejas llevar por las hormonas y montas unos "pollos" de padre muy señor mió.

 

Pero ellos también tienen un momento "tortura" que cuando lo ves venir, por que el de ellos se les ve venir, te pones a temblar, rezas todo lo que sabes y te encomiendas a todos los santos. 

Ese momento se llama "me encuentro mal", es decir está enfermo. 

Ellos cuando se ponen enfermos, parece que se van a morir en breve, que sólo le queda un alo de vida, que esa enfermedad que tiene es terminal y que no va a salir vivo de ella.

Por lo que reclama constantemente tu atención, necesita que estés a su lado las 24 horas porque en cualquier momento puede producirse el fatal desenlace y quiere que tú estés allí para presenciarlo en directo. 

En caso de ausentarte de su lecho de muerte, por cualquier motivo, su susurrante voz te llama constantemente para que le acerques el vaso de agua que tiene a dos centímetros de su mano, pero que esa enfermedad mortal no le deja estirar el brazo.

Para la sanación necesita mimos constantes y una debe estar abrazándolo las 24 horas, pendiente de él, sin brusquedades, porque una frase inoportuna desencadena una serie de improperios tal como:

- Ya me gustaría verte a ti aquí.

- No tienes sensibilidad.

...

 



Pasado dos días y normalmente coincidiendo con los días de partido, la enfermedad terminal se sana y vuelve a la normalidad.

 

 Gran descanso para ella.

 

MORALEJA:

 

- Todos tenemos algo de que quejarnos.

- Los mismos estereotipos valen para hombre y para mujer.

 

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